El primer instrumento de medición de temperatura fue creado por Galileo Galilei y fue bautizado inicialmente como termoscopio. El termoscopio era un tuvo de vidrio con una esfera cerrada en uno de los extremos que se sumergía en una mezcla de agua y alcohol que se calentaba para que subiera por el tubo donde se encontraba una escala numérica.
Desde entonces, el termómetro de Galileo Galileo ha ido evolucionando para adaptarse a todo tipo de mediciones, siendo el de mercurio (creado por Gabriel Fahrenheit en 1714) uno de los más utilizados en todo el mundo para medir la temperatura corporal. Sin embargo debido a su alta toxicidad en muchos países está prohibida su fabricación.
Aunque muchas son las personas que siguen confiando en los termómetros de mercurio para medir la temperatura corporal, cada vez es más difícil encontrarlos en el mercado. Una solución pasa por hacer uso de termómetros digitales, aunque en ocasiones dan la sensación que cada vez que se utilizan ofrece una medición diferente a diferencia de los termómetros tradicionales de mercurio.
Si los termómetros digitales no acaban de convencerte una solución pasa por utilizar termómetros de galio, siendo estos la mejor alternativa a los de toda la vida. Los termómetros de galio, al igual que los de mercurio, se consideran los más precisos, siendo su principal desventaja el elevado tiempo necesario para obtener la medición correcta, además de estar fabricados en cristal, por lo que son muy frágiles ante cualquier caída que pueda sufrir.
Qué es el galio
Como he comentado más arriba, el mercurio dejó de utilizarse en la fabricación de termómetros en 2007, cuando la Unión Europea lo prohibió por su alto nivel de toxicidad no solo para las personas, sino también para el medio ambiente.
El sustituto del mercurio en los termómetros fue el galio, más bien el galinstano (galinstan en inglés: gallium, indio y stannum), una aleación de galio (68,5 %), indio (21,5 %) y estaño (10 %) que ofrece una precisión muy similar a la que podíamos encontrar en los termómetros de mercurio.
El galio se utiliza para en centrales nucleares para estabilizar el plutonio, en el interior de telescopios para encontrar neutrinos, está presente en algunos tipos de placas solares y espejos, se puede aplicar al aluminio para generar hidrógeno al reaccionar con el agua, se utiliza para tratar a personas con exceso de calcio en sangre…
Ventajas de los termómetros de galio
Las ventajas que nos ofrece los termómetros de galio son las prácticamente las mismas que ya podíamos encontrar en los termómetros de mercurio y que se aplican a la mayoría de termómetros no digitales.
- Durabilidad en el tiempo. Al igual que los termómetros de mercurio, la vida útil de los termómetros de galio es infinita, es decir, siempre funcionará como el primer día siempre y cuando no se rompan.
- El margen de error es de 0,1ºC.
- Al no incorporar mercurio, son sostenibles para el medio ambiente y se pueden reciclar con facilidad.
- Aunque hay de todos los precios, por general, son más económicos que los termómetros digitales.
- Fácil limpieza, ya que con un poco de jabón podemos limitar el cristal.
Cómo funcionan los termómetros de galio
El funcionamiento de los termómetros de galio es el mismo que el de los termómetros de mercurio. Lo primero que debemos comprobar antes de situarlo en la zona medir, es que el líquido de su interior se encuentre por debajo de los 36 grados sacudiéndolo en diversas ocasiones hasta que se encuentre en ese nivel.
Seguidamente lo situamos en la zona del cuerpo donde queremos realizar la medición, generalmente en la boca, axila o recto y esperamos unos 4 minutos como mínimo. A diferencia de los termómetros digitales que realizan la medición en segundos, los de galio (al igual que los de mercurio) requieren de unos minutos para realizar la medición correcta.
Una vez hemos obtenido la medición correspondiente debemos limpiar la zona de medición del termómetro con un jabón de manos y sacudirlo repetidamente hasta que el galio se sitúe por debajo de los 36 grados y guardarlo en el estuche correspondiente en un lugar fresco, ventilado y resguardado de la luz solar.
Qué pasa si se rompe un termómetro de galio
Los termómetros de galio están fabricados en vidrio, por lo que ante cualquier caída accidental pueden llegar a romperse y quedar totalmente inservibles obligándonos a comprar un nuevo.
Respecto al contenido de su interior, el galio, no es un material tóxico como si lo es el mercurio que se encontraban en los primeros termómetros que se fabricaron hasta mediados de 2007 en Europa.
Si tenemos la curiosidad de tocar el galio, al encontrar en contacto con la piel desaparecerá debido al color corporal. Lo mismo sucede cuando se rompe un termómetro que utilice alcohol coloreado para realizar las mediciones de temperatura. Con los restos del termómetro, al ser vidrio, podemos reciclarlo en el contenedor de reciclaje correspondiente.
Qué termómetro de galio comprar
A diferenciad de los termómetros de mercurio, los termómetros de galio no son todos iguales ya que cada uno ofrece una funcionalidad extra. Si buscamos los mejores termómetros de galio, debemos tener en cuenta cuales son las características que nos ofrece y que los hacen diferentes al resto.
A la hora de comprar un termómetro de galio, debemos tener en cuenta que el cristal no incluya materiales tóxicos y que no este fabricado con materiales plásticos, ya que estos no nos ofrece una medición precisa. Si además está fabricado con materiales antialergénicos mejor.
A la hora de bajar la temperatura para volver a realizar una medición o guardarlo nuevamente en su estuche, debemos agitar el termómetro. Algunos modelos incorporan un sistema denominado shaker, que permite agitarlo de una forma más rápida y cómoda evitando durante el proceso este pueda saltar por los aires.
El rango de medición de todos los termómetros se sitúa entre los 35,5 y los 42 grados, por lo que si encontramos modelos que nos ofrece una medición más amplia, debemos desconfiar de ellos, ya que la temperatura corporal de un cuerpo vivo solo se puede encontrar entre ese máximo y mínimo
Otra de las características que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un termómetro de galio es si incorpora una lente que permita leer la temperatura con mayor facilidad. Los termómetros nunca se han caracterizado por ofrecer una medición sencilla de ver debido principalmente a su tamaño, por lo que si incorpora una lente que facilite la lectura siempre será de agradecer.
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