
La alianza entre IBM y Cisco pone rumbo a la computación cuántica distribuida: ambas compañías se han comprometido a desarrollar una red que conecte ordenadores cuánticos a gran escala y tolerantes a fallos, con la vista puesta en los primeros hitos a comienzos de la próxima década.
El acuerdo combina la experiencia de IBM en fabricación y operación de QPUs con la capacidad de Cisco en redes cuánticas y protocolos avanzados, con el objetivo de escalar el cálculo más allá de un único procesador y coordinar equipos cuánticos que trabajen como si fueran un único sistema.
Una alianza para escalar la computación cuántica en red

Las partes explorarán la construcción de una red de ordenadores cuánticos tolerantes a fallos que permita ejecutar tareas conjuntas con decenas o cientos de miles de qubits, habilitando cargas con potencial de manejar miles de millones de puertas cuánticas en problemas reales.
En el corto plazo, el plan pasa por presentar una primera prueba de concepto en cinco años y progresar hacia una demostración más amplia a finales de 2030, marcando un camino de madurez tecnológica tanto en hardware como en redes.
Para la industria, no se trata solo de construir QPUs más grandes: la clave está en interconectarlas con fiabilidad y baja latencia, de modo que la potencia efectiva crezca uniendo muchos nodos cuánticos como parte de una superred coordinada.
La visión de Cisco para el centro de datos cuántico incluye una arquitectura capaz de preservar estados cuánticos frágiles, distribuir entrelazamiento, facilitar la teleportación entre equipos y sincronizar operaciones con precisiones por debajo del nanosegundo.
En Europa y España, la iniciativa tiene implicaciones directas: ecosistemas de investigación, centros de supercomputación y empresas podrán probar algoritmos distribuidos, reforzar la ciberseguridad y acelerar proyectos en sectores estratégicos si estas infraestructuras se abren a colaboraciones internacionales.
Arquitectura técnica y retos de la interconexión cuántica

El diseño prevé desarrollar hardware y software cuánticos que conecten muchos equipos de gran tamaño. IBM plantea una unidad de red cuántica (QNU) como interfaz de la QPU, para transformar información cuántica estacionaria en información cuántica voladora capaz de viajar por la red.
Un paso crítico será el entrelazado de qubits entre ordenadores ubicados en puntos criogénicos distintos. Para lograrlo, ambas compañías estudiarán nuevas conexiones como transductores ópticos de microondas, así como el uso de fotones ópticos para transmitir qubits entre edificios o centros de datos.
Sobre el plano de red, Cisco trabaja en un marco de protocolos de alta velocidad capaz de reconfigurar rutas de forma dinámica y continua. Así, los recursos de entrelazamiento podrán asignarse bajo demanda a pares arbitrarios de QNUs cuando los nodos completen sus cálculos parciales.
Las compañías también investigarán cómo un puente de red con hardware novedoso y software de código abierto puede usar los nodos de la red cuántica de Cisco para conectar múltiples QPUs en distintos centros de datos, extendiendo la topología a distancias mayores.
Este enfoque abre la puerta a arquitecturas híbridas en las que la supercomputación clásica y la cuántica cooperen, con la red cuántica actuando como tejido de interconexión para flujos de trabajo complejos y distribuidos.
- Interconexión cuántica fiable entre nodos geográficamente separados para ejecutar algoritmos distribuidos.
- Protocolos resistentes a errores y pérdidas a larga distancia, con sincronización ultrafina.
- Integración HPC/cuántica para orquestar tareas mixtas con alto rendimiento extremo a extremo.
- Seguridad quantum-safe y protección de datos para escenarios críticos e infraestructuras estratégicas.
En cuanto a plazos, la colaboración aspira a mostrar una prueba de concepto en alrededor de cinco años y evolucionar hacia una demostración más amplia a finales de la década, cimentando lo que podría convertirse en un embrión de internet cuántico.
Entre las aplicaciones previstas despuntan la optimón masiva en logística y finanzas, el diseño de materiales y medicamentos complejos, así como comunicaciones ultra seguras y la monitorización precisa de clima, meteorología o actividad sísmica.
IBM y Cisco contemplan además cofinanciar proyectos de investigación y colaboraciones académicas para expandir el ecosistema, una vía que puede acelerar la adopción en Europa y favorecer la soberanía tecnológica en áreas críticas como la ciberseguridad y la ciencia de materiales.
Si los hitos se cumplen, la conexión de múltiples ordenadores cuánticos tolerantes a fallos permitirá abordar problemas de enorme escala mediante entrelazado y coordinación en red, sentando las bases para una nueva capa de internet con impacto industrial, científico y gubernamental.
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