miércoles, 17 de diciembre de 2025

Bloqueos de LaLiga: por qué webs de salud y otros servicios caen cada jornada

bloqueos de LaLiga en Internet

Los bloqueos de LaLiga en Internet vuelven a situarse en el centro del debate tecnológico y social en España. Lo que nació como una ofensiva antipiratería para impedir la emisión ilegal de los partidos de fútbol ha terminado derivando en cortes de acceso que afectan a webs completamente legítimas, algunas de ellas vinculadas a la salud pública y servicios esenciales.

En la última jornada afectada, el caso más llamativo ha sido el de Madrid Salud, el portal de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid. La web estuvo inaccesible durante varias horas del fin de semana coincidiendo con los partidos de Primera División, una caída que no obedecía a problemas técnicos internos sino a los bloqueos ordenados por LaLiga y ejecutados por las principales operadoras de telecomunicaciones.

Madrid Salud, víctima colateral de los bloqueos de LaLiga

Durante el fin de semana del 13 y 14 de diciembre, numerosos usuarios denunciaron en redes sociales que no podían entrar en la página de Madrid Salud. El acceso al portal, clave para consultar información sanitaria municipal, recomendaciones de salud pública o alertas sobre seguridad alimentaria, fallaba de forma intermitente en función de la operadora desde la que se intentaba navegar.

La explicación no estaba en una caída del servidor ni en labores de mantenimiento, sino en que la web de Madrid Salud compartía infraestructura e IP con otros servicios alojados en la misma red. Cuando LaLiga pidió a las operadoras el bloqueo de la dirección IP asociada a emisiones piratas de fútbol, el corte alcanzó también a este dominio totalmente legítimo del Ayuntamiento de Madrid.

Distintos usuarios, así como portales especializados como Banda Ancha, recogieron que el corte coincidía con los horarios de los partidos de la 16ª jornada liguera. De hecho, herramientas de análisis como OONI Probe detectaron anomalías de conectividad y evidenciaron que, durante las franjas de juego, la web no respondía para ciertos proveedores de acceso.

El episodio ha generado especial inquietud porque no se trata de una tienda online o una web corporativa cualquiera: se trata del portal de un organismo público sanitario, utilizado por profesionales y ciudadanos para acceder a contenidos críticos relacionados con la salud. Que un sitio de este tipo quede fuera de servicio por un bloqueo masivo orientado a combatir la piratería ha elevado el nivel de preocupación entre expertos y usuarios.

LaLiga, sin embargo, sostiene que actúa dentro de la cobertura legal que le otorgan las resoluciones judiciales y las autorizaciones administrativas para perseguir las retransmisiones ilegales. Desde el organismo futbolístico se defiende que las medidas van dirigidas contra servidores piratas, y que los problemas sufridos por páginas inocentes son una consecuencia indirecta de la forma en que está organizada la infraestructura de Internet.

Cómo funcionan los bloqueos de IP y por qué arrastran a webs inocentes

El núcleo del problema está en el uso generalizado de CDN (Content Delivery Networks) e infraestructuras compartidas. Muchas webs, tanto legales como ilegales, se apoyan en servicios como Cloudflare para mejorar su seguridad, acelerar la carga de contenidos y absorber picos de tráfico. Estos proveedores funcionan como intermediarios entre los visitantes y los servidores de origen, ofreciendo una misma IP de entrada para múltiples dominios.

En la práctica, esto significa que decenas o incluso cientos de webs pueden estar colgando de la misma dirección IP. Cuando LaLiga detecta una emisión no autorizada de sus partidos y solicita a las operadoras el bloqueo de esa IP concreta, todos los dominios que la comparten se ven afectados, independientemente de que su contenido sea una señal pirata o una página sobre campañas de vacunación.

Desde un punto de vista técnico, el método es sencillo: el operador introduce reglas en sus sistemas para impedir el acceso a la IP correspondiente, de modo que las peticiones de los usuarios nunca llegan al servidor que está detrás de la CDN. El problema es que no existe una discriminación fina por dominio en este tipo de bloqueo masivo, y cualquier web que utilice esa misma IP queda automáticamente fuera de servicio para los clientes de la operadora que aplica el corte.

En el caso de Madrid Salud, todo apunta a que su alojamiento coincidía con una IP asociada a servidores denunciados por LaLiga. Al activarse el bloqueo durante los horarios de emisión de los partidos, el portal sanitario pasó a ser un daño colateral más de la cruzada antipiratería, sin relación alguna con las retransmisiones ilegales.

Este patrón no es nuevo. Cada vez que hay jornada liguera y se activan bloqueos de urgencia contra webs piratas, distintos comercios electrónicos, páginas corporativas y servicios públicos reportan caídas puntuales. No existe un listado oficial, pero desde hace meses se acumulan los testimonios de administradores de sitios que se encuentran de repente sin acceso para determinados usuarios mientras se disputan los encuentros.

Antecedentes: hospitales, apps médicas y otros servicios afectados

El caso de Madrid Salud se suma a otros incidentes previos en el sector sanitario y en servicios de interés general. Meses antes, se produjo una situación parecida con las webs del grupo HM Hospitales, así como con la herramienta Pedidosis, una aplicación online utilizada en urgencias para calcular dosis pediátricas. Ambos servicios sufrieron interrupciones temporales vinculadas, de nuevo, a bloqueos masivos de IP contra la piratería.

En estos episodios, las organizaciones afectadas dejaron claro que no tenían ningún tipo de relación con emisiones deportivas ni con actividades ilícitas. Sin embargo, el hecho de compartir la misma infraestructura de red con sitios denunciados provocó que, durante un tiempo, médicos y personal sanitario no pudieran acceder con normalidad a herramientas críticas para su labor diaria.

Este tipo de cortes pone sobre la mesa una cuestión especialmente sensible: la proporcionalidad de las medidas antipiratería cuando entran en conflicto con el acceso a servicios esenciales. Que un comercio online pierda ventas durante unas horas ya es un problema económico reseñable; que una web de cálculo de dosis, un hospital o un portal de salud pública queden no operativos plantea dudas sobre los riesgos para la atención sanitaria y para la ciudadanía.

La reiteración de estos fallos ha llevado a Cloudflare a formalizar quejas ante organismos internacionales. La compañía sostiene que los bloqueos de IP que se aplican en España, a instancias de LaLiga, están generando interrupciones injustificadas en los servicios de muchos de sus clientes legítimos, afectando tanto al comercio digital como a instituciones públicas y entidades privadas sin ninguna vinculación con la piratería.

Para los operadores de estas webs, la situación resulta especialmente frustrante porque, desde su perspectiva, cumplen con la legalidad, pagan por un servicio de infraestructura y, aun así, ven cómo su página deja de funcionar para una parte de los usuarios sin haber cometido infracción alguna. Aunque los cortes puedan ser temporales, los daños a la reputación, la pérdida de confianza de los visitantes y las posibles consecuencias económicas son difíciles de cuantificar.

LaLiga vs Cloudflare: acusaciones cruzadas y choque de estrategias

En el trasfondo de todos estos incidentes late un enfrentamiento abierto entre LaLiga y Cloudflare, dos actores con objetivos y lógicas muy diferentes. Por un lado, el organismo que gestiona la Primera División defiende que la protección de sus derechos audiovisuales exige medidas contundentes contra quienes emiten partidos sin autorización. Por otro, la empresa de infraestructuras de Internet argumenta que no puede convertirse en censor de contenidos ni discriminar a priori qué webs son legales o ilegales.

Cloudflare insiste en que su papel es el de intermediario neutral, encargado de ofrecer seguridad, mitigación de ataques y mejora del rendimiento a cualquier cliente que contrate sus servicios, con independencia de su actividad. Según la compañía, no realiza bloqueos por iniciativa propia y solo actúa cuando recibe órdenes específicas que obligan a retirar contenidos o a cortar el acceso a determinados recursos.

LaLiga, en cambio, acusa a Cloudflare de proteger activamente páginas piratas y de facilitar que organizaciones delictivas se oculten tras su infraestructura. En declaraciones públicas, su presidente, Javier Tebas, ha llegado a asegurar que “Cloudflare no solo permite la piratería: gana dinero protegiendo a quienes roban contenido y explotan ilegalmente la propiedad intelectual”, en alusión tanto a las retransmisiones deportivas como a otros tipos de actividades ilícitas.

Según LaLiga, el proveedor norteamericano estaría mezclando en las mismas IP a webs perfectamente legales con sitios de narcotráfico o pornografía infantil, utilizándolas como una especie de “escudo humano” para dificultar la identificación y el bloqueo selectivo de los servicios ilegales. Desde esta óptica, los daños colaterales sobre páginas inocentes serían consecuencia de cómo Cloudflare organiza sus recursos y no tanto de las decisiones de bloqueo.

Cloudflare rechaza estas acusaciones y afirma que los bloqueos de IP de carácter masivo son una herramienta desproporcionada que acaba alterando el funcionamiento normal de Internet. A juicio de la empresa, los marcos legales deberían fomentar soluciones más precisas, capaces de atajar las infracciones sin perjudicar a miles de usuarios y negocios que nada tienen que ver con la piratería ni con otras actividades delictivas.

Un conflicto con impacto directo en los usuarios europeos

Más allá del cruce de reproches, lo cierto es que la estrategia de bloqueos de LaLiga tiene efectos muy concretos sobre usuarios de España y, potencialmente, de otros países europeos donde se apliquen medidas similares. Cada vez que se despliega un corte de este tipo, hay personas que se encuentran de golpe sin acceso a webs que consultan a diario para trabajar, formarse o simplemente realizar trámites rutinarios.

En el ámbito sanitario, el impacto es especialmente delicado. Profesionales de la salud que no pueden entrar a una herramienta de cálculo de dosis o a un portal de información clínica pierden tiempo y recursos buscando vías alternativas, con el añadido de estrés que ya acompaña a muchos entornos asistenciales. Para los ciudadanos, no poder acceder a una web de salud pública en un momento en el que buscan información concreta genera incertidumbre y desconfianza.

También el tejido empresarial europeo, en particular las pymes que dependen de su presencia online, se ve afectado por estos bloqueos cuando sus webs comparten IP con servicios denunciados. Un comercio que experimenta caídas recurrentes durante los fines de semana de fútbol puede ver dañada su imagen de marca y perder oportunidades de venta sin tener claro siquiera cuál es el origen del problema.

Organismos reguladores y expertos en derecho digital llevan tiempo advirtiendo de que las medidas técnicas contra la piratería deben cumplir con criterios de necesidad, proporcionalidad y mínima interferencia con los derechos de terceros. En el contexto europeo, donde la protección del consumidor y la defensa de la competencia son pilares clave, este tipo de bloqueos masivos —ante los que empresas y entidades recurren al Tribunal Constitucional— abre un debate jurídico y político que va más allá del fútbol.

En paralelo, organizaciones de la sociedad civil y grupos de defensa de los derechos digitales insisten en la necesidad de mayor transparencia: quién ordena los bloqueos, qué direcciones se afectan, cuánto duran y cómo se evalúan los posibles daños a servicios esenciales. Sin esta información, apuntan, es difícil que la ciudadanía pueda valorar el coste real de estas medidas sobre el funcionamiento cotidiano de la Red.

La sucesión de cortes vinculados a los bloqueos de LaLiga muestra hasta qué punto la lucha contra la piratería puede chocar con el acceso normal a Internet cuando se recurre a soluciones técnicas poco refinadas. Casos como el de Madrid Salud, HM Hospitales o la herramienta Pedidosis evidencian que, mientras no haya mecanismos más selectivos, cada jornada de fútbol puede convertir en rehenes a webs que solo pretenden ofrecer un servicio público o comercial legítimo.



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