
El núcleo de Linux 6.18 ya está disponible como versión estable y llega en un momento en el que muchos usuarios europeos empiezan a mirar más en serio a GNU/Linux, razones para instalar Linux, cansados de los cambios de Windows 11 y de la integración forzada de funciones basadas en IA. Frente a ese panorama, la comunidad del kernel ha dado un salto importante en rendimiento, estabilidad y soporte de hardware, con un lanzamiento que afecta tanto a ordenadores domésticos como a servidores y centros de datos.
Este nuevo kernel no trae cambios vistosos a nivel gráfico, porque casi todo ocurre “bajo el capó”, pero sí supone una actualización de peso para quienes usan Linux en el día a día: mejor gestión de memoria y almacenamiento, redes más eficientes, sistemas de archivos más rápidos y seguros, y un refuerzo claro en seguridad y virtualización. Además, todo apunta a que será la versión candidata a convertirse en el próximo kernel de Soporte a Largo Plazo (LTS), algo muy relevante para empresas y administraciones públicas en España y el resto de Europa.
Un lanzamiento estable con sabor a LTS
Linus Torvalds ha confirmado en la LKML la publicación de Linux 6.18 estable tras un ciclo de desarrollo relativamente tranquilo. La séptima versión candidata (rc7) llegó con pocos cambios y, salvo algunas regresiones menores en memoria virtual que se corrigieron a tiempo, no hubo motivos de peso para retrasar la salida final. El código ya está etiquetado y disponible en kernel.org para quien quiera compilarlo por su cuenta.
Todo indica que Linux 6.18 se perfila como el próximo kernel LTS, aunque la decisión todavía no se ha hecho oficial. De confirmarse, se convertirá en la base de muchas distribuciones con soporte de larga duración, especialmente en el ámbito profesional: derivadas de Debian y Ubuntu, soluciones empresariales basadas en SUSE o Red Hat, y distros orientadas a servidores, nube y dispositivos empotrados muy presentes en Europa.
Si se adopta como LTS, las empresas y organismos que operan en España y en la UE ganarán un núcleo mantenido durante años, con una cadencia de actualizaciones de seguridad predecible. Eso se traduce en menos cambios disruptivos y en una plataforma más estable sobre la que desplegar servicios críticos, desde infraestructuras cloud hasta estaciones de trabajo de desarrollo.
En el plano temporal, Torvalds ha adelantado que la versión siguiente, Linux 6.19, tendrá un ciclo de desarrollo algo más largo de lo habitual debido al Kernel Maintainer Summit, lo que refuerza la idea de que 6.18 será el gran referente a corto y medio plazo para despliegues estables.
Memoria más ágil: sheaves, swap y cambios internos
Uno de los cambios técnicos más relevantes de Linux 6.18 es la introducción de las llamadas “sheaves” en el asignador SLUB. En lugar de que todos los núcleos compitan por la misma reserva de objetos pequeños, cada CPU mantiene sus propias cachés locales, reduciendo las contenciones y acelerando tanto la asignación como la liberación de memoria.
Este enfoque de cachés por procesador se nota especialmente en cargas que hacen un uso intensivo de estructuras del kernel y del mecanismo RCU. En escenarios típicos de servidores, contenedores, compilaciones masivas o servicios web muy concurridos, la multitarea resulta más fluida y las latencias se reducen, algo fundamental para infraestructuras que operan en data centers europeos.
En paralelo, el subsistema de swap recibe una primera fase de rediseño: se introduce una nueva “swap table” que actúa como una abstracción para mejorar la gestión del caché de memoria de intercambio. Según los desarrolladores, en determinadas pruebas de carga se han observado ganancias de rendimiento de entre un 5 y un 20%, tanto en throughput como en tiempos de compilación o número de peticiones atendidas por segundo.
Linux 6.18 también avanza en la reestructuración de las estructuras internas de memoria mediante el nuevo tipo memdesc_flags_t, pensado como paso previo a reducir el tamaño de struct page. Este cambio, aunque discreto, abre la puerta a una gestión de memoria más simple y eficiente en futuras versiones del kernel.
Además, se amplía la posibilidad de tratar distintos namespaces del kernel como file-handles a través de las llamadas name_to_handle_at() y open_by_handle_at(), lo que facilita identificarlos y compararlos sin necesidad de “anclar” recursos de forma agresiva, algo muy útil en entornos con contenedores complejos.
Sistemas de archivos: Bcachefs sale, el resto se refuerza
La decisión más llamativa en materia de sistemas de archivos ha sido la eliminación de Bcachefs del árbol principal del kernel. Torvalds ya había marcado este código como “mantenido externamente” en 6.17 y, ante reiterados incumplimientos de las normas del ciclo de desarrollo por parte de su mantenedor —parches fuera de plazo y mezcla de nuevas funciones cuando ya solo debían entrar correcciones—, ha optado por retirarlo en 6.18.
Técnicamente, Bcachefs no desaparece del mapa: quienes quieran seguir experimentando con él deberán compilarlo manualmente o usar módulos externos, pero deja de formar parte del núcleo oficial. La comunidad apuesta así por consolidar sistemas de archivos más maduros y mejor integrados, reduciendo el riesgo de sorpresas en versiones estables.
En el lado positivo, Btrfs gana soporte para tamaños de bloque mayores que el tamaño de página, lo que abre nuevas posibilidades de rendimiento y optimización a futuro, especialmente en discos modernos de alta capacidad. También se mejora el paralelismo en cargas de lectura intensiva y se pulen distintos detalles internos.
El veterano XFS activa por defecto el online fsck, la funcionalidad que permite realizar determinadas comprobaciones y correcciones con el sistema montado. Hasta ahora se consideraba experimental; con 6.18 pasa a ser parte del comportamiento estándar, algo interesante para servidores donde parar servicios no siempre es una opción sencilla.
En EXT4 se amplía el soporte para identificadores de usuario y grupo reservados de 32 bits y se introduce una nueva interfaz ioctl() para consultar y configurar parámetros del superbloque. Son cambios que afectan sobre todo a administradores y desarrolladores de herramientas de gestión, pero que consolidan a EXT4 como opción robusta en despliegues europeos que priorizan estabilidad.
Por su parte, el controlador de exFAT recibe optimizaciones muy agresivas, con casos en los que se ha medido una aceleración de hasta 16 veces en ciertas operaciones. Para quienes mueven datos entre Windows y Linux mediante tarjetas SD o memorias USB, estas mejoras se traducen en copias de archivos mucho más rápidas en el uso diario.
También hay ajustes en FUSE, que ahora puede manejar copias de rangos más grandes (por encima de 32 bits), lo que da margen a un mejor rendimiento en sistemas de archivos de usuario, y se estrena el nuevo objetivo device-mapper dm-pcache, capaz de usar memoria persistente —como dispositivos CXL o DAX— como caché de alta velocidad para discos o SSD más lentos.
Redes más rápidas y resilientes
El apartado de red es uno de los grandes beneficiados de Linux 6.18. En UDP, se ha reescrito la ruta de recepción con el objetivo de reducir la contención interna y aprovechar mejor sistemas NUMA, lo que se traduce en mejoras de rendimiento de hasta un 47% en recepción de paquetes. Este incremento de capacidad también fortalece la resistencia ante escenarios de tráfico masivo o ataques DDoS basados en UDP.
En TCP, el kernel estrena soporte inicial para Accurate Explicit Congestion Notification (AccECN), una evolución del conocido ECN que proporciona información más precisa sobre la congestión en la red. Esta mejora permite afinar los algoritmos de control de congestión en infraestructuras complejas, como las de los grandes operadores y proveedores cloud que dan servicio en la UE.
Linux 6.18 incorpora además un mayor búfer de recepción por defecto (hasta 4 MB) y diversas optimizaciones en el sistema de compartición de búferes, reduciendo cuellos de botella internos. Para servicios de streaming, plataformas de juegos en línea o comunicaciones en tiempo real desplegadas en Europa, estas mejoras ayudan a mantener latencias más estables en momentos de carga punta.
En el terreno de la seguridad de red, se integra soporte para cifrado de conexiones TCP basado en PSP (según la terminología empleada en el código), añadiendo otra capa de protección en determinados flujos de datos. Todo ello se complementa con ajustes en la pila de red que refuerzan el comportamiento bajo carga y reducen el riesgo de regresiones.
Por otro lado, la escalabilidad de servidores NFS se ha visto reforzada mediante la opción de desactivar la caché de E/S en algunos escenarios concretos, mejorando la respuesta en entornos distribuidos donde la coherencia y el comportamiento bajo alta concurrencia son clave, algo muy habitual en grandes despliegues corporativos europeos.
Seguridad: BPF firmado, auditoría multi-LSM y TPM más limpio
La seguridad del kernel sigue siendo una prioridad ante problemas recientes como un fallo en el kernel de Android. Linux 6.18 incorpora la carga de programas BPF firmados, lo que implica que se puede verificar la integridad del código antes de permitir su ejecución dentro del núcleo. Dado que BPF se utiliza cada vez más para observabilidad, filtrado de red y soluciones de seguridad avanzadas, la firma se convierte en una pieza clave para evitar inyecciones de código no controladas.
El subsistema de auditoría ha sido mejorado para manejar de forma más coherente entornos con múltiples Linux Security Modules (LSM) activos de manera simultánea, como SELinux, AppArmor u otros módulos especializados. Esta capacidad de apilar políticas y seguir auditando correctamente lo que ocurre dentro del sistema resulta especialmente atractiva para organizaciones europeas con requisitos normativos estrictos, desde bancos hasta operadores de infraestructuras críticas.
Otra decisión significativa ha sido desactivar por defecto la capa de cifrado HMAC en el bus TPM, que en su implementación actual generaba problemas de rendimiento sin ofrecer beneficios reales de seguridad. Los usuarios que la necesiten podrán activarla manualmente, pero de serie el sistema elimina un posible cuello de botella sin comprometer la protección del equipo.
En paralelo, se han introducido ajustes en SELinux, incluyendo correcciones internas que han obligado a renombrar una gran cantidad de variables, y se mejora la integración con los nuevos mecanismos de auditoría. Aunque estas modificaciones pasan desapercibidas para el usuario final, contribuyen a un núcleo más fácil de mantener y auditar en entornos profesionales.
En el plano de la virtualización segura, KVM añade soporte para tecnologías como SEV-SNP CipherText Hiding en plataformas AMD y refuerza la gestión de pilas de sombra (shadow stacks) y seguimiento indirecto de saltos, contribuyendo a dificultar ataques de corrupción de flujo de control en entornos virtualizados.
Más Rust en el kernel y nuevas arquitecturas
Linux 6.18 da un paso más en la integración de Rust como segundo lenguaje de desarrollo dentro del núcleo. Se amplían los bindings para APIs críticas, incluyendo operaciones atómicas compatibles con el modelo de memoria del kernel, manejo de mapas de bits, acceso a DebugFS y utilidades para crear drivers de forma más segura.
Entre las novedades más visibles está el driver DRM en Rust para GPUs ARM Mali, todavía en fase experimental. Este controlador, basado en el trabajo previo del proyecto Panthor, busca a medio plazo proporcionar un soporte gráfico más robusto y menos propenso a errores de memoria, algo muy útil en dispositivos ARM que se distribuyen en Europa para usos industriales, educativos o de consumo.
Otra pieza importante es el driver Rust Binder para Android, que facilita el uso del sistema de comunicación entre procesos (IPC) de Android en el kernel principal. Esta integración es relevante tanto para dispositivos móviles como para soluciones embebidas que combinan Linux y Android en el mercado europeo.
A nivel arquitectónico, se amplía el soporte de arenas BPF a PowerPC y se introducen mejoras para Arm, RISC‑V y MIPS. En RISC‑V, por ejemplo, se reintroducen y pulen cambios que no llegaron a tiempo a 6.17, como nuevas primitivas de mapeo de memoria, soporte para el interfaz RPMI —similar a ARM SCMI— y extensiones específicas de proveedores, reforzando la apuesta por esta arquitectura abierta en proyectos de hardware europeos.
Este conjunto de cambios, junto con las nuevas uniones y estructuras pensadas para futuros controladores USB en Rust, prepara el terreno para que más drivers se escriban en un lenguaje con mayor seguridad de memoria, algo que puede reducir vulnerabilidades a largo plazo.
Soporte de hardware: PCs, consolas-PC y Apple Silicon
Una parte importante del trabajo en cada versión del kernel se centra en los drivers. Linux 6.18 amplía considerablemente el soporte de hardware de consumo y profesional, con especial atención a equipos modernos que se venden en España y en la UE.
En el terreno del gaming y las consolas‑PC, se incorpora un nuevo driver HWMON para equipos GPD como las GPD Win 4 y Win Max 2, que mejora el control de ventiladores y la lectura de sensores térmicos. También se corrigen problemas específicos en dispositivos como el ASUS ROG Ally y la Lenovo Legion Go 2, solucionando interrupciones espurias y errores al reanudar unidades NVMe que en algunos casos podían colgar el sistema.
Los mandos de consola también salen ganando: se amplía el soporte para el DualSense de PlayStation 5, de forma que su conector de auriculares funciona correctamente bajo Linux. Al enchufar unos cascos al mando, la salida de audio se redirige como cabría esperar y el micrófono integrado se puede usar sin configuraciones extrañas, un detalle práctico para jugadores en escritorio o Steam Deck‑like.
En cuanto a portátiles y sobremesas tradicionales, Linux 6.18 mejora la compatibilidad con una amplia gama de equipos de marcas como ASUS, Dell, Alienware y HP: se añaden nuevos sensores a los drivers HWMON, se perfecciona el control de ventiladores, se habilita la gestión de iluminación RGB por zonas y se integran drivers específicos para teclas de función y botones dedicados (incluido el ya típico botón “AI” en algunos portátiles).
El kernel incorpora además soporte inicial para touchpads hápticos, muy comunes en portátiles modernos que simulan el clic mediante vibración. Gracias a las aportaciones de Google, estos paneles comienzan a funcionar de forma más natural, acercando la experiencia en Linux a la que ofrecen otros sistemas en equipos vendidos en Europa.

En el ecosistema Apple, Linux 6.18 incorpora avances incrementales en el soporte de los SoC M2 Pro, M2 Max y M2 Ultra, principalmente mediante nuevos Device Trees. Aunque para un uso diario en Mac sigue siendo más recomendable recurrir a distribuciones especializadas como Asahi Linux, el hecho de que el soporte vaya entrando en el mainline indica una progresión constante que acabará beneficiando también a usuarios en España.
Por último, se amplía el soporte para sistemas basados en Snapdragon X Elite y otros SoC ARM modernos, incluyendo controladores para gestión de energía, vídeo y elementos clave descritos en los árboles de dispositivo. En modelos concretos como el ThinkPad T14s Gen 6 aparecen nuevos drivers EC, lo que mejora la integración de funciones avanzadas del hardware.
Gráficas, procesadores y aceleradores de IA
En el apartado gráfico, Linux 6.18 da otro paso en la dirección de mejorar el soporte para GPUs NVIDIA con el driver libre Nouveau. Ahora, en tarjetas de las familias Turing y Ampere, el controlador utiliza por defecto el firmware GSP (GPU System Processor) cuando está disponible, un cambio de arquitectura que apunta a una mejor gestión de energía y a un soporte más robusto a medio plazo en estaciones de trabajo y equipos de juego.
En CPU, el kernel afina la gestión de los procesadores Intel más recientes. El driver intel_pstate habilita el uso de Hardware P‑states (HWP) bajo el modo Dynamic Efficiency Control (DEC) sin las limitaciones clásicas de EPP, lo que permite ajustar de forma más precisa la relación entre rendimiento y consumo. Esto es especialmente interesante para portátiles ultraligeros con Intel Meteor Lake que se comercializan en España y en otros países de la UE.
Linux 6.18 también presta atención a la aceleración de IA. Se incorpora un nuevo driver para la NPU de los SoC Rockchip, con soporte para varios núcleos y escalado dinámico de frecuencia. Así, placas de bajo coste muy populares en proyectos europeos de educación, industria ligera o domótica pueden aprovechar mejor sus capacidades de machine learning sin depender siempre de GPUs discretas.
El avance en controladores gráficos en Rust para GPUs ARM Mali y en la integración de APIs específicas para aceleración contribuye a que el kernel sirva como base sólida para soluciones de IA y gráficos en arquitecturas variadas, desde SBCs hasta portátiles ligeros.
En conjunto, estas mejoras benefician tanto a usuarios que utilizan su PC para jugar o producir contenido como a organizaciones que despliegan cargas de trabajo de IA y computación intensiva en infraestructuras basadas en Linux.
Virtualización, contenedores y redes empresariales
El mundo de la virtualización y los contenedores vuelve a recibir mucha atención. Linux 6.18 refuerza KVM con un mejor soporte para tecnologías de seguridad de Intel y AMD, como CET y SEV‑SNP, lo que simplifica la puesta en marcha de máquinas virtuales endurecidas en entornos de nube privados y públicos.
Otro punto destacado es la mejora en el soporte para ejecutar Linux 6.18 como invitado sobre el hipervisor Bhyve de FreeBSD, una combinación que interesa a administradores que operan infraestructuras mixtas. Además, se afina la preservación de asignaciones vmalloc en el mecanismo de Kexec HandOver, ayudando a que los cambios de kernel se hagan de forma más segura y controlada.
En entornos de contenedores, se mejora el manejo de descriptores asociados a namespaces, lo que simplifica la gestión de entornos aislados complejos y su integración con herramientas de orquestación como Kubernetes. Estas mejoras son especialmente útiles para proveedores cloud y empresas europeas que despliegan microservicios a gran escala.
La pila de red no solo gana rendimiento, sino también robustez para usos empresariales. El soporte para Google PSP Security Protocol aplicado a conexiones TCP añade opciones adicionales de cifrado en tránsito, mientras que los ajustes en UDP, AccECN y NFS ayudan a que el kernel se comporte mejor bajo carga elevada, manteniendo estabilidad y tiempos de respuesta aceptables.
Todo ello convierte a Linux 6.18 en un candidato muy sólido para servir como base de infraestructuras críticas y servicios de red intensivos desplegados en centros de datos europeos, donde la combinación de rendimiento, seguridad y soporte a largo plazo es clave.
Cómo actualizar a Linux 6.18 según tu distribución
La forma de dar el salto a Linux 6.18 depende en gran medida de la distribución que se utilice. En distros de tipo rolling release —como Arch Linux o determinadas ramas de Debian Testing y Fedora—, lo habitual es que el nuevo kernel llegue mediante una actualización normal de paquetes. En esos casos, bastará con actualizar el sistema y seleccionar el nuevo núcleo en el siguiente arranque si el gestor de arranque ofrece varias opciones.
En distribuciones con ciclos de soporte más clásicos, como Ubuntu, Linux Mint, Debian estable u openSUSE Leap, el proceso suele ser distinto: Linux 6.18 se integrará en futuras versiones de la distro o en kernels específicos preparados por los mantenedores. Para muchos usuarios en España, lo más prudente será esperar a que las distribuciones incorporen el nuevo núcleo en sus repositorios oficiales, ya que así se garantiza la coexistencia con parches propios y herramientas de gestión.
Quien no quiera esperar puede recurrir a compilaciones proporcionadas por terceros, como paquetes .deb mainline o repositorios PPA en el caso de Ubuntu, o directamente descargar el código fuente desde kernel.org y compilarlo a mano. Esta vía ofrece máximo control y acceso temprano a las novedades, pero también implica asumir posibles incompatibilidades y la ausencia de soporte formal de la distribución.
En entornos profesionales y servidores ubicados en centros de datos europeos, sigue siendo recomendable ceñirse a los kernels suministrados por la propia distribución o por el proveedor de soporte contratado, especialmente si se prevé adoptar Linux 6.18 como base para despliegues críticos a largo plazo.
En cualquier caso, antes de actualizar conviene revisar la lista de cambios de la distribución, comprobar la compatibilidad del hardware clave (controladoras RAID, tarjetas de red específicas, módulos propietarios, etc.) y realizar una copia de seguridad. De este modo, se pueden aprovechar las ventajas de 6.18 —más rendimiento, seguridad y mejor soporte de dispositivos— minimizando riesgos.
Con todas estas novedades, Linux 6.18 se coloca como una versión especialmente relevante del kernel: combina mejoras de rendimiento en memoria, sistemas de archivos y redes con un refuerzo claro en seguridad, virtualización y soporte de hardware moderno, y además se perfila como candidato a LTS. Tanto para usuarios domésticos en España que buscan sacar más partido a su PC como para organizaciones europeas que necesitan una base sólida para sus servicios, este lanzamiento ofrece un conjunto muy redondo de avances que se notarán durante varios años.
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