
Durante años, cada servicio de mensajería ha funcionado como una isla: WhatsApp, Telegram, Signal o iMessage no se hablaban entre sí. Esa dinámica cambia en Europa porque la Ley de Mercados Digitales (DMA) obliga a permitir la interoperabilidad entre plataformas dominantes y servicios de terceros que cumplan los requisitos técnicos.
Meta confirma que WhatsApp ya está abriendo esta vía en el espacio europeo: los usuarios podrán enviar y recibir mensajes desde apps compatibles, empezando por funciones básicas y con un despliegue por fases que se ampliará con el tiempo.
Qué cambia para usuarios en España y la UE

La función será opcional y se activará desde Ajustes. En esta primera etapa se limita a móviles iOS y Android y a cuentas con número de teléfono registrado en países cubiertos por la normativa europea; quedan fuera, de inicio, WhatsApp Web, tabletas y escritorio.
Los mensajes procedentes de otras aplicaciones no se mezclarán con tus chats habituales: aparecerán en una sección separada dentro de WhatsApp, con diferencias frente a las conversaciones nativas, como la ausencia de integración con las notificaciones estándar y sin sincronización completa entre plataformas.
El alcance inicial incluye texto, fotos, vídeos, notas de voz y documentos en chats individuales. Las conversaciones en grupo, las llamadas de voz y las videollamadas llegarán más adelante, en una hoja de ruta que se desplegará por etapas y que Meta prevé extender a medio plazo.
Que WhatsApp se abra no implica que las demás se conecten automáticamente: cada proveedor debe solicitar la integración y superar una revisión técnica. WhatsApp no puede forzar a terceros, y la disponibilidad real dependerá de que esos servicios completen su desarrollo.
Privacidad, seguridad y protocolo
Meta asegura que la interoperabilidad mantendrá el cifrado de extremo a extremo mediante el protocolo Signal, el mismo que WhatsApp emplea en sus propios chats. Los servicios externos deberán adoptar este esquema o garantizar una compatibilidad equivalente.
Para proteger a los usuarios, WhatsApp ha establecido acuerdos técnicos, revisión previa y sistemas de monitorización contra abusos y spam. Aun así, es importante recordar que la política de privacidad aplicable a los contenidos y metadatos de los mensajes externos es la del servicio de origen, no la de Meta.
En la práctica, se necesita el número de teléfono para permitir el contacto desde otras apps, pero el intercambio de datos se limita para preservar la privacidad y el control por parte del usuario que decide activar o desactivar esta opción.
Quiénes se conectan primero
Las primeras integraciones confirmadas son BirdyChat y Haiket, dos servicios europeos de reciente lanzamiento que han completado el proceso técnico con WhatsApp. La conexión es voluntaria: el usuario elige si activar los “chats de terceros” y puede revertirlo en cualquier momento.
BirdyChat se orienta a la comunicación profesional y permite crear conversaciones usando identidades de trabajo más allá del número personal. Es una plataforma joven, con adopción limitada por ahora (en Google Play ronda unas pocas centenas de descargas), lo que no impide su papel como pionera técnica.
Haiket apuesta por la comunicación por voz y está en una fase inicial de pruebas, con una beta temprana en iPhone. Ambas se conectan a WhatsApp con funciones básicas (texto y medios) y sin grupos ni llamadas de momento.
Entre los grandes actores, no hay anuncios firmes. Signal ha indicado que no participará para evitar exposición de metadatos, mientras que Telegram no ha realizado un posicionamiento oficial. Por tanto, la apertura arranca con socios pequeños a la espera de movimientos de plataformas populares.
Calendario y próximas fases
El despliegue se hará por olas en Europa: los usuarios verán un aviso en Ajustes con los detalles y el interruptor para habilitar la interoperabilidad. Meta lleva meses de pruebas con desarrolladores y prevé ampliar capacidades conforme se validen estabilidad y seguridad.
La hoja de ruta contempla sumar grupos, llamadas y videollamadas en etapas posteriores. La llegada de cada función dependerá de que los terceros cumplan requisitos técnicos y de que se mantenga el listón de privacidad y cifrado exigido por WhatsApp y por la DMA.
En un mercado como el español, donde WhatsApp es hegemónico, reducir las barreras entre plataformas puede aliviar fricciones del día a día. La clave estará en la calidad de las integraciones, en la transparencia de los controles y en si los grandes servicios deciden dar el paso.
Con esta apertura regulada, WhatsApp deja de ser un jardín completamente cerrado: la interoperabilidad empieza como opción limitada, con garantías de cifrado y una sección de chats diferenciada, a la espera de que se sumen más plataformas y se amplíe el abanico de funciones.
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