
Nvidia ha dado un nuevo paso para consolidar su dominio en el mercado de la inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento con la compra de SchedMD, empresa responsable de Slurm, uno de los gestores de cargas de trabajo más utilizados en supercomputación. La operación se enmarca en la estrategia del fabricante de chips de reforzar su ecosistema de software de código abierto frente al empuje de nuevos competidores.
La compañía estadounidense ha comunicado que mantendrá la distribución como proyecto abierto e independiente del proveedor, al tiempo que integrará más estrechamente esta tecnología con sus plataformas de hardware y sus modelos de IA. Aunque Nvidia no ha facilitado el importe de la transacción, la adquisición se interpreta como un movimiento clave para blindar su posición en centros de datos y clústeres de IA de todo el mundo, incluidos los europeos.
Qué aporta SchedMD a Nvidia y por qué Slurm es tan importante

SchedMD desarrolla Slurm, un sistema de gestión y planificación de trabajos que coordina enormes cargas de cálculo en centros de datos y superordenadores. Este software se encarga de organizar colas, asignar recursos y repartir tareas entre miles de nodos, algo imprescindible cuando se entrenan modelos de IA de gran tamaño o se ejecutan simulaciones científicas complejas.
Al tratarse de una plataforma de código abierto, Slurm puede utilizarse de forma gratuita por universidades, centros de investigación y empresas, mientras que SchedMD monetiza la tecnología ofreciendo servicios de soporte, ingeniería y mantenimiento. Este modelo ha permitido que el sistema se extienda ampliamente por el ecosistema de supercomputación, incluyendo países europeos con fuertes infraestructuras científicas.
Nvidia destaca que más de la mitad de los 10 y de los 100 superordenadores principales del ranking TOP500 utilizan Slurm como gestor de cargas de trabajo. En muchos de esos sistemas, los aceleradores gráficos de Nvidia ya son la base del rendimiento de cálculo, por lo que hacerse con el proveedor del software que orquesta esos recursos se considera una jugada estratégica de gran alcance.
En un comunicado, la empresa subraya que Slurm, plenamente compatible con el hardware más reciente de Nvidia, se ha convertido en parte de la infraestructura crítica para la IA generativa y los llamados modelos base o fundacionales. Son estos modelos los que exigen entrenamientos masivos y procesos de inferencia continuos que consumen ingentes cantidades de capacidad de cálculo.
Impacto en Europa y papel del Barcelona Supercomputing Center
La adquisición de SchedMD también tiene una lectura específica para el entorno europeo. Entre los clientes de la compañía figura el Barcelona Supercomputing Center (BSC), uno de los centros de referencia en supercomputación en Europa y pilar de numerosos proyectos científicos e industriales en España.
El BSC y otros centros del continente dependen de infraestructuras HPC (High Performance Computing) e IA donde la eficiencia en la gestión de recursos es crucial. Slurm permite aprovechar al máximo los clústeres instalados, distribuir tareas entre miles de procesadores y optimizar tiempos de espera en colas de trabajo, algo especialmente relevante cuando se ejecutan simulaciones climáticas, investigaciones biomédicas o entrenamientos de modelos de IA avanzados.
Que Nvidia controle ahora el desarrollo de SchedMD y, por tanto, el futuro de Slurm, plantea un escenario en el que Europa seguirá dependiendo en buena medida de tecnología estadounidense para sus infraestructuras de cálculo más punteras. No obstante, el compromiso público de mantener el proyecto abierto y neutral respecto a proveedores busca calmar posibles recelos regulatorios y garantizar su continuidad en entornos heterogéneos.
En teoría, el hecho de que Nvidia prometa respaldar un ecosistema diverso de hardware y software implicaría que Slurm seguirá funcionando con equipos de otros fabricantes, algo clave para los programas europeos que apuestan por arquitecturas variadas, incluidas soluciones basadas en procesadores propios o aceleradores alternativos.
Estrategia de Nvidia: código abierto, IA generativa y presión competitiva
La compra de SchedMD encaja con la estrategia de Nvidia de combinar hardware de altísimas prestaciones con un potente entramado de software, tanto propietario como abierto. Su plataforma CUDA se ha convertido en un estándar de facto para desarrollar aplicaciones que aprovechan las GPU de la compañía, lo que ha sido determinante para consolidar su liderazgo en IA.
Al mismo tiempo, Nvidia lleva tiempo impulsando modelos de inteligencia artificial de código abierto destinados a acelerar la adopción de sus tecnologías en sectores tan diversos como la investigación científica, la industria, la automoción o los servicios en la nube. Dentro de este marco, la integración con un gestor de cargas de trabajo como Slurm le permite cerrar aún más el círculo: desde el chip hasta la ejecución práctica de los modelos en grandes clústeres.
Coincidiendo con el anuncio de la compra, la empresa presentó una nueva familia de modelos de IA abiertos que, según afirma, ofrecen mejor velocidad, menor coste y un comportamiento más avanzado que versiones anteriores.
La presión de estos actores, sumada a la de gigantes como Google, Microsoft o AMD, obliga a Nvidia a reforzar su ecosistema para evitar que los desarrolladores migren a plataformas rivales. En este contexto, hacerse con una pieza tan central de la infraestructura de supercomputación como Slurm puede interpretarse como una forma de asegurar que los grandes despliegues de IA sigan girando en torno a su hardware y su pila de software.
Detalles de la operación y reacción de los mercados
Aunque Nvidia ha confirmado la adquisición de SchedMD, no ha revelado los términos financieros del acuerdo. La falta de detalles sobre el precio no ha impedido que los inversores reaccionen positivamente: tras conocerse la noticia, las acciones de la compañía registraron un avance de algo más del 1 % en la sesión, ayudando a cortar una racha de caídas acumuladas en días previos.
La empresa sigue siendo la mayor cotizada del mundo por capitalización bursátil, con un valor de mercado que supera con holgura los 4 billones de dólares. El anuncio sobre SchedMD coincidió, además, con la presentación de nuevos modelos de IA de código abierto, lo que contribuyó a apuntalar el sentimiento del mercado después de las dudas generadas por una posible burbuja en torno a la inteligencia artificial.
En paralelo, Nvidia mantiene una intensa actividad inversora en el sector, con participaciones y acuerdos millonarios en compañías clave del ecosistema. En los últimos meses ha canalizado recursos hacia desarrolladores de modelos de IA, proveedores de software de diseño de chips y operadores de centros de datos, reforzando así su influencia en toda la cadena de valor.
SchedMD: origen, clientes y encaje en la hoja de ruta de Nvidia
SchedMD fue fundada en 2010 en Livermore, California, por Morris «Moe» Jette y Danny Auble, los desarrolladores originales de Slurm. La empresa opera con una plantilla relativamente reducida, en torno a 40 empleados, pero su impacto en el ámbito de la supercomputación es muy superior a su tamaño.
La lista de organizaciones que confían en Slurm incluye compañías de infraestructura en la nube como CoreWeave, así como centros de supercomputación de primer nivel, entre ellos el ya mencionado Barcelona Supercomputing Center. Esta combinación de grandes clientes comerciales y entidades académicas y científicas ha convertido a SchedMD en un actor muy influyente dentro del nicho HPC.
Para Nvidia, incorporar este equipo significa ganar experiencia directa en la gestión de cargas de trabajo a gran escala, algo que complementa sus capacidades en diseño de chips, redes de alto rendimiento y software de IA. En la práctica, la compañía podrá coordinar mejor la evolución de su hardware con las necesidades reales de quienes gestionan los clústeres más exigentes del planeta.
La intención declarada de la compañía es acelerar el acceso a nuevos sistemas y, a la vez, asegurar que siga siendo una herramienta flexible y adaptable a distintas configuraciones. Este equilibrio entre integración con el ecosistema Nvidia y neutralidad frente a otros proveedores será una de las claves a seguir en los próximos años, especialmente en mercados como el europeo, donde la diversidad tecnológica es una prioridad política y estratégica.
Con esta adquisición, Nvidia refuerza su posición no solo como diseñador de chips, sino como proveedor integral de infraestructura para la inteligencia artificial y la supercomputación, incorporando a su órbita una pieza de software que ya era esencial para muchos de los mayores centros de cálculo del mundo y cuyo futuro será observado con lupa por gobiernos, empresas y comunidad científica, muy atentos a cómo se equilibra la apuesta por el código abierto con los intereses comerciales de uno de los gigantes tecnológicos del momento.
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